Castillo de Santa Catalina en una noche con el Condestable Iranzo

Una noche que Jaén no olvidará

Anoche, el Castillo de Santa Catalina se convirtió en mucho más que un monumento: fue el escenario de un crimen histórico sin resolver. Bajo el título ‘Sombras de Traición’, la fortaleza revivió la leyenda del Condestable Iranzo con una puesta en escena envolvente, donde la traición, la intriga y la emoción pusieron a prueba el ingenio de todos los asistentes.
Las entradas se agotaron días antes, demostrando que la mezcla de historia, teatro y participación activa es un imán para la gente de Jaén.

Pero, ¿qué hizo que esta experiencia fuera tan especial? ¿Fue el misterio de la trama, el entorno imponente, o la magia de participar como detective por una noche?

Sombras, sospechas y juego mental

Desde que “apareció” el cuerpo del Condestable en el patio de armas, cada visitante pasó a ser sospechoso. El castillo cerró sus puertas, y los pasillos se llenaron de conversaciones en voz baja, miradas cómplices y pistas ocultas.
La iluminación roja sobre la piedra antigua intensificó el suspense. Bajo las estrellas, el público recorrió cada rincón en busca de respuestas, resolviendo enigmas y desenredando una trama en la que nadie podía confiar en nadie.

Próximas citas para no perderse

El programa “Jaén no duerme en verano”, impulsado por el Patronato Municipal de Cultura y Turismo, continuará con nuevas propuestas que combinan historia, arte y participación ciudadana.

Qué vigilar en las redes del Ayuntamiento de Jaén y Jaén Plus:

  • 📅 Fechas y horarios de nuevas experiencias teatralizadas en el Castillo de Santa Catalina.
  • 🎭 Actividades culturales gratuitas en plazas y barrios.
  • 🌌 Rutas nocturnas guiadas por el casco histórico.
  • 🎶 Conciertos y espectáculos en enclaves patrimoniales.
  • 🖼 Talleres y visitas especiales a museos municipales.

El Condestable Iranzo: del humilde paje al hombre más poderoso de Jaén.

La historia de Miguel Lucas de Iranzo —cuyo verdadero nombre era Miguel Lucas de Nieva— es la de un hombre que pasó de la modestia más absoluta a codearse con reyes y dirigir los destinos de una ciudad clave en la Corona de Castilla. Iranzo fue hijastro de Alonso Álvarez de Iranzo, y quedó huérfano muy joven, naciendo en Belmonte hacia 1453 y muriendo de forma violenta en Jaén el 21 de marzo de 1473.

Su ascenso comenzó cuando entró al servicio de Juan Pacheco, marqués de Villena. A través de él, logró entrar en la corte castellana de Juan II como paje del joven príncipe Enrique, con quien entabló una estrecha relación. Cuando Enrique subió al trono como Enrique IV, esa amistad se tradujo en cargos de enorme relevancia: Halconero Mayor del Reino, Canciller Mayor de Castilla, miembro del Consejo Real, y alcaide de plazas estratégicas como Alcalá la Real, Andújar y Jaén.

En 1455 fue nombrado corregidor de Úbeda y Baeza y, finalmente, Condestable de Castilla, un puesto vitalicio que llevaba cinco años vacante tras la ejecución de Álvaro de Luna. Este nombramiento no gustó a la alta nobleza, que veía en Iranzo un hombre de origen modesto con demasiada influencia sobre el rey. En 1459 se instaló definitivamente en Jaén, donde había contraído matrimonio con María Teresa de Torres de Navarra y Solier, señora de Villardompardo y Escañuela.

Obras y legado en Jaén

Iranzo no solo fue un militar y político astuto; también dejó huella en la ciudad. Fundó la casa de moneda jaenciana, visitada por el propio Enrique IV en 1469. Ordenó allanar la plaza de Santa María y acometió mejoras urbanísticas como trasladar las carnicerías extramuros a la actual Puerta Barrera o trazar lo que hoy conocemos como La Carrera. Su palacio, situado en la calle Maestra, fue reconstruido por él y hoy alberga el Palacio de Cultura del Ayuntamiento de Jaén.

Un hombre en el centro de las intrigas

Pese a sus logros, Iranzo acumuló poderosos enemigos. Mantuvo enfrentamientos con el obispo de Jaén, Alfonso Vázquez de Acuña, y con familias nobles locales como los Zayas o los de la Chica. Las tensiones políticas se mezclaban con rivalidades personales, y su posición de protector de los judíos en un contexto de creciente antisemitismo le generó aún más recelos.

El asesinato que conmocionó Jaén

El 21 de marzo de 1473, mientras rezaba de rodillas en la capilla mayor de la catedral, fue asesinado. Oficialmente, se dijo que su defensa de la comunidad judía fue la causa, pero muchos historiadores apuntan a un complot de nobles celosos de su influencia, entre ellos, posiblemente, el marqués de Villena.

La reacción del rey fue inmediata: Enrique IV viajó de incógnito a Jaén y, al llegar, ordenó colgar a varios regidores desde las ventanas del concejo, en lo que se interpretó como un acto de venganza por la muerte de su amigo y valido.

La figura del Condestable Iranzo sigue viva en Jaén, tanto en su patrimonio como en su leyenda, y cada vez que el Castillo de Santa Catalina revive su historia, la ciudad recuerda que el poder y la intriga siempre han caminado juntos.

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